Esas conciencias despiertas, que entienden en profundidad
el momento planetario que se está llevando adelante, sabrán la importancia de
trabajar internamente, de evaluar sus emociones, y por sobre todo, auto observarse.
Que es la auto observación, animarse a realizar el
viaje mas largo y profundo… hacia el interior. Las puertas del corazón se abren
desde adentro nos decía el Cristo.
Es revisar con presencia qué pensamos, con qué “intención”
fluye ese pensamiento, cual es el objetivo que nos mueve cada despertar, cada
día. Cuando comemos, realmente tenemos hambre,
o somos presa de un hábito más entre tantos que la matrix nos grabó. Al
vestirnos, realmente nos empoderamos con la elección del vestuario, o también
estamos respondiendo a una expectativa social; somos conscientes de la
inofensividad que debe reinar en cada paso que damos, nada de lo que hacemos
debería perjudicar o limitar a otro; somos conscientes de que la palabra tiene
poder, tanto de crear como de destruir, y por último el pensamiento, que es quien
comanda todo lo demás. Entonces, claramente, mucho por trabajar en este plano,
antes de pasar a ese otro mas cómodo, mas sutil y etérico donde no existen
todas estas limitaciones, pero no por eso menos importante, todo lo contrario…
Existe un espacio entre vidas donde el alma se debate para
lograr la síntesis de las experiencias vividas, y reprogramar el cómo, el dónde
y el cuándo será el próximo escenario para desafiar ese punto que permita
seguir ascendiendo en la espiral evolutiva. Es decir, entre una encarnación y
otra, hay lapsos donde el alma formula estrategias evolutivas, y elige
cuidadosamente en que escenario moverse en la siguiente encarnación. Por ello,
no hay error, no hay víctimas… hay olvido del compromiso y la
responsabilidad que desde ese lugar sagrado de luz decidimos vivir una vez la
experiencia humana. Pero es aparente olvido, es el desafío.
Liberándonos del ego, de la personalidad, de la matrix,
del apego, desestructurando todo lo que nos rodea, corriendo el velo; ir a esos
espacios entre vidas, con total entrega y coraje y revisar los procesos por los
cuales paso nuestra alma, y tomar el timón de nuestra realidad, y accionar.
La creación nos demuestra que cada día puede ser un
nuevo amanecer…
Amanecer significa AMAR NACER, y desde ese punto de
amor e inicio, animarse a SER.
Desde Sakuma, Sergio y Klaudia