En este momento planetario las energías creadoras de
diferentes grupos abocados al despertar de consciencia están dibujando un nuevo
patrón energético que irá tomando forma y consolidándose en los próximos tiempos.
Deben sincronizarse con el latido de la tierra. Todo el
sistema en su totalidad está dirigiéndose hacia niveles más sutiles, más ágiles
y más efectivos.
Hay una malla receptiva alrededor del planeta que todo lo
conecta, lo encripta y lo re-direcciona. Esta red es accesible para todas
aquellas personas que sin miedo, sin ego y sin expectativas personales estén
dispuestas a ser puntos o nodos focales que cumplan el mismo objetivo que la
red.
Se debe trabajar muy duro internamente, leer la letra chica
de nuestras experiencias y sincerarnos con nuestras vidas para transformarnos
en seres cristalinos, puros e inofensivos.
Ser nodos focales implica hacer en nuestra vida exactamente
lo que el corazón y el alma inclinan. La coherencia en las acciones invitará a
que quienes aun con un pequeño despertar consciente se atrevan a realizar
cambios concretos en sus vidas.
Hay una gran necesidad de vislumbrar un futuro diferente, en
libertad, amor y paz, pero nada de esto ocurrirá mágicamente. Esto debe crearse
segundo a segundo con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
La evolución humana, no solo es espiritual, sino física. Por
lo tanto para que los cuerpos físicos acompañen lo desarrollado en planos
internos, deben (estos cambios) ser internalizados en todos los órdenes de la
vida y por añadidura los cuerpos y la mente irán entrando en sincronía para
hacer realidad el Nuevo Hombre.
Se debe dar cada paso del día con consciencia. De lo que se piensa, de lo que se dice, de lo que se
desea, de lo que se “come”, incluso de las verdaderas intenciones que hay detrás
de cada acción.
Esta forma de enraizarse a las energías del Hombre Nuevo,
generarán un campo vibratorio que atraerá energías afines y paulatinamente
estas ondas expansivas de acción y reacción alcanzarán todos los rincones de la
tierra; no es fácil, ni rápido, pero es un proceso que está en marcha y hay que
continuarlo.
No confundir “inofensividad” con “quietud”.
Hay mucho por hacer; y la responsabilidad del despierto es
levantar al adormecido…
Paz